Beneficios potenciales de una nueva forma de alimentación para una población envejecida

Resumen

La población mundial está creciendo rápidamente. Según las nuevas proyecciones, las personas de 65 años o más son el grupo de edad de más rápido crecimiento y para el año 2050 habrá el doble de personas mayores que en la actualidad. El envejecimiento generalmente se caracteriza por cambios fisiológicos, algunos de los que afectan la ingesta de alimentos, los hábitos alimentarios, la selección, preparación y consumo de alimentos. Los cambios relacionados con la edad en la anatomía del cuello y cabeza, flujo salival y disminución de la actividad muscular, entre otros, pueden provocar dificultades para tragar. La elección e ingesta de alimentos también se ven afectadas por cambios patológicos que ocurren en el contexto de enfermedades relacionadas con la edad, como trastornos gastrointestinales, cardiovasculares, inflamatorios, cognitivos, cáncer, diabetes y problemas dentales, entre otros. Los cambios en los mecanismos de deglución conocidos como presbifagia, disfagia, sequedad de boca o xerostomía, hiposalivación, dismasesis y sarcopenia son términos asociados con las dificultades para la ingesta de alimentos. Hoy en día existe la necesidad de desarrollar nuevos alimentos con texturas modificadas que no expongan a los ancianos al riesgo de aspiración de alimentos, atragantamiento y asfixia. Dado que el bolo ideal y seguro para las personas mayores es húmedo y resbaladizo, los geles comestibles representan un alimento muy prometedor para garantizar un aporte adecuado de nutrientes y energía. Sus propiedades tecnológicas facilitan la incorporación de sustancias bioactivas, creando así un sistema alimentario con efecto protector en el envejecimiento, así como en la prevención y manejo de enfermedades relacionadas con la edad. En el presente trabajo, se tratarán los retos y tendencias de la industria alimentaria asociados a este tema.